El huevo: el eterno enemigo para la salud
- comocomoblog
- 24 abr 2020
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 6 may 2020
6 grandes mitos sobre este alimento y su consumo
El huevo es uno de los alimentos más consumidos en el mundo, y a su vez, uno de los que más interrogantes genera. Durante años, ha sido objeto de estudio, y, de hecho, sigue siéndolo, generando polémica y posicionando a expertos a favor y en contra de su consumo.

Sus cualidades nutricionales y la gran cantidad de platos que se pueden elaborar con este alimento hace de él un imprescindible de la cocina. Sin embargo, basta con buscar “peligros del huevo” en Internet para que aparezca una extensa lista que comienza en el aumento de colesterol y que finaliza con la muerte prematura. ¿Qué hay de verdad y qué de mito? A continuación, desmitificamos 9 creencias acerca de este alimento.
1. El huevo aumenta el riesgo cardiovascular
Es cierto que este alimento contiene colesterol – concretamente, 200 gramos por unidad-, pero en dosis justas, este es necesario. Lo que en Internet no nos dicen es que también contiene otros componentes como son la lecitina y determinadas vitaminas como son la A, D, E y B (B1, B3, B12, biotina y ácido fólico), y minerales como fósforo, hierro, zinc y selenio, que intervienen en el metabolismo, dificultando que el colesterol conocido como “malo” aumente en la sangre.
De hecho, según un estudio elaborado por The American Journal of Clinical Nutrition, que recoge las conclusiones del Population Health Research Institute y del Hamilton Health Sciencies, la ingesta moderada de huevos, considerándose esta un huevo por día no supone un aumento del riesgo de la enfermedad cardiovascular ni tampoco tiene por qué conllevar a la muerte prematura, ya que los expertos no encontraron una relación entre el consumo diario de huevo y el colesterol en sangre.
Los expertos aseguran que no existe una relación entre el consumo diario de huevo y el colesterol en sangre.
2. No se han de consumir más de dos huevos a la semana

Partiendo del estudio anterior, ya podría desmitificarse esta creencia, pero aún hay más que añadir. El Instituto de Estudios del Huevo, en España, también se ha pronunciado con respecto a esta creencia, y aunque no ha precisado el número concreto de huevos que se han de consumir a la semana, aluden a la dieta mediterránea bajo la cual se recomienda consumir entre dos y tres raciones de alimentos proteicos al día, ya bien sean carnes, pescados o huevos.
Y es que, aunque no sea una pauta obligatoria, los expertos aseguran que no hay ningún riesgo por consumir un huevo al día, o en su defecto, siete a la semana. Aún así, lo más importante no es cuánto se consume este alimento, sino cómo se produce ese consumo en relación total a la dieta. Ni hay que pecar de él, ni tampoco omitirlo. Pues no consiste en sustituir otros alimentos por él, es fundamental que la dieta sea variada y equilibrada y que incluya también verduras, frutas, cereales integrales, legumbres, aceite de oliva virgen extra, frutos secos, pescado y carne.
3. La yema del huevo engorda
Muchos son los que optan por consumir únicamente la clara y desechar la yema porque esta “engorda”. Sin embargo, este es otro mito que acompaña al consumo de huevo.
Este alimento es rico en grasas mono y poliinsaturadas, también conocidas como “grasas saludables”. Además, el huevo representa no llega a 80 kcal. Muchos estudios hablan sobre sus beneficios en la dieta, especialmente en las de pérdida de peso, debido al elevado contenido en proteínas de alto valor biológico. Según los expertos, el consumo del huevo entero produce un efecto saciante en el estómago.
El huevo en su totalidad representa no llega a 80 kcal. De hecho, su consumo produce un efecto saciante en el estómago.
Aunque la clara es lo que más proteínas contiene (alrededor de 4 gramos de proteína), la yema también las posee (3 gramos de proteína en cada yema). De hecho, separar la clara de la yema disminuye el valor nutricional de las proteínas del huevo de 100 a 88. Por otro lado, y el huevo tiene un gran número de minerales y vitaminas, y muchos de estos se hallan en la yema. La vitamina A, la D, la E, la B1, la B2, el potasio, el hierro y el fósforo. Todo ello se encuentra en este pequeño circulo naranja que tanto se ha despreciado.
4. El huevo crudo alimenta más
Esta creencia tan arraigada no es que no sea cierta, sino que además hay que tener muchísimo cuidado con el consumo de huevo crudo.

Para empezar, un informe elaborado por el Centro de Investigación Gastrointestinal y de Gastreontología de la Universidad de Leuven de Bélgica explica que comer el huevo crudo disminuye la absorción de los nutrientes de este alimento en casi un 50%. Por el contrario, si está cocido, asciende a un 80%.
Pero hay más. ¿Por qué puede ser perjudicial consumirlo crudo? Simple. Como cualquier alimento no cocinado, existe la posibilidad de que este esté afectado por la salmonella.
La salmonelosis, tal y como define la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una enfermedad de transmisión alimentaria que por lo general es leve pero que en ocasiones puede causar defunción. Entre sus síntomas más comunes se encuentran los cólicos, el dolor abdominal, los escalofríos, la diarrea, la fiebre, el dolor muscular, las náuseas y los vómitos, que pueden comenzar entre las 6 y las 72 horas después de la ingesta del alimento contagiado y durar entre 2 y 7 días.
En el caso del huevo, la presencia de salmonella en algunos de ellos se debe a que las gallinas y las aves en general son propensas a tener dicha infección, por tanto, la traspasan a la hora de poner huevos, pudiendo llegar, comentan en una declaración conjunta elaborada por la OMS y por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) , a infectar no solo la cáscara, sino también la clara y la yema. Por ello, en muchas ocasiones, lavar la cáscara no basta.
Por tanto, desde esta organización, aconsejan cocer los huevos pues esta sería la única forma de inactivar el virus, aunque la pasteurización aplicada en la industria a los productos de huevo líquido también es un procedimiento eficaz para inactivarlo.
5. Los huevos siempre hay que guardarlos en la nevera
En los supermercados, los huevos nunca están en la nevera. ¿Por qué entonces al llegar a casa directamente los metemos ahí? Pues porque así nos lo han enseñado.
Sin embargo, tal y como explican los expertos en este alimento, ambas opciones son válidas, siempre y cuando el huevo no se halle a una temperatura superior a 25ºC. Aún así, recalcan, es importante que una vez se haya metido dentro de la nevera, no se rompa la cadena del frío. De hecho, esta es la razón por la cual los huevos no están en los frigoríficos de los supermercados, para evitar ese salto térmico de frío a calor.
La cáscara del huevo es porosa y en su interior tiene una fina capa denominada cutícula, que es la que protege el interior del huevo. Si se generan cambios bruscos de temperatura en la cutícula, puede dañarse, lo que perjudicaría el estado higiénico del alimento.
Los huevos pueden guardarse en la nevera o en la despensa, lo importante es que no se rompa la cadena del frío.
Pero aún queda la duda de por qué se tiene la manía de meterlos en la nevera. La razón no es ni por higiene ni por seguridad alimentaria, pues esto solo tiene que ver con tema estético. Parece que, al meterlos en la nevera, se genera una sensación visual de frescura que no se tiene si estos están en la despensa.
6. Si tiene una mancha roja en su interior, hay que tirar el huevo
No es raro observar al romper la cáscara del huevo una mancha roja en el interior de este que genera, cuanto menos, aprensión y hace que muchas personas desechen el huevo de inmediato. Esto es relativamente común en los huevos, de hecho, se calcula que puede estar presente entre en un 1% y un 3% de huevos de gallinas blancas y en hasta un 6% de los de marrones.
Estas manchas son restos de sangre, que como explica el veterinario Norberto Matzer, pueden darse en ocasiones en las que se ha roto un vaso sanguíneo antes de la puesta del huevo. Aunque pueden denotar deficiencia de vitamina A en la gallina, el huevo se puede consumir sin ningún problema. Otra cosa es que resulte desagradable a la vista, pero eso ya es tema a parte.
Por tanto, a pesar de la creencia de que esto se debe a que el huevo está fertilizado, no es así. De todas formas, el consumo de un huevo ya fertilizado tampoco es un problema, ni es más nutritivo, ni menos.
¡Manda narices!
Manda narices (por no decir otra cosa), que se conozcan tantos mitos que solo muestran este alimento como perjudicial para la salud, sin dar a conocer la cantidad de beneficios con los que cuenta.

Y es que, el huevo no solo es nutritivo, consumible sin limitaciones y rico en minerales y vitaminas, sino que también destaca por contener antioxidantes como la luteína y la zeaxantina, los cuales se ha demostrado que previenen y reducen el riesgo de enfermedades oculares como puede ser la degeneración macular.
El huevo contiene luteína y zeaxantina, que reducen el riesgo de enfermedades oculares
Además, también se ha de destacar en ellos el contenido de colina, un nutriente esencial para el cerebro, el cual no suele cumplir la cantidad total diaria recomendada en la dieta el 90% de la población.
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