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"Tengo que" versus "yo decido"

Actualizado: 6 may 2020

Crónica sobre la conferencia "Mindful Eating y Mindfulness online con Mireia Hurtado"


Eran las 19 horas en punto del 30 de abril cuando en la pantalla del ordenador apareció Mireia Hurtado, dietista-nutricionista y psicóloga experta en Mindful Eating. Empezaba la conferencia sobre esta práctica que, aunque tiene su origen dos siglos atrás en las sociedades orientales, parece haberse puesto "de moda" en Occidente en los últimos años.

La charla, totalmente gratuita, se realizó a través de la plataforma Zoom, y para poder asistir debías inscribirte previamente a través de la página web de la experta (http://mireiahurtado.es/cursos/), en el apartado de "Servicios".


Hurtado realiza talleres y conferencias continuamente, ya bien sea de forma telemática, como esta, o de forma presencial. Además, trata temas variados, pero siempre bajo el prisma del mindfulness y la nutrición. En este caso, la ponencia consistía en una iniciación al mundo de la alimentación consciente, una técnica que busca, como su propio nombre indica, que las personas sean conscientes de lo que están comiendo en el momento en el que lo están comiendo.

Conferencia Mindful Eating con Mireia Hurtado

Para introducir el tema, Mireia habló sobre los problemas que ocupan a las sociedades occidentales en la actualidad. «Los occidentales no tenemos cultura del aquí y ahora», comentaba la experta, explicando que este es un rasgo que nos diferencia de los orientales. El cuerpo aquí y la mente allá, pensando en el pasado y a la vez en el futuro, pero olvidando el presente. Como resultado, ansiedad y estrés, unos sentimientos que, además, pueden afectar a la alimentación.

También hizo referencias a la antigüedad, pues, siglos atrás, al no existir estímulos, era mucho más sencillo concentrarse en una sola cosa.

¿Qué ha supuesto este contexto? La necesidad de desconexión. Y ahí, en esa necesidad, surge el Mindful Eating.

Hurtado trató conceptos muy interesantes, en especial uno al que hizo alusión en repetidas ocasiones: el "piloto automático". En la actualidad, la vida funciona muy deprisa, con urgencia, lo que hace que vayamos siempre con ese piloto automático puesto, incluso para comer. Veo comida y la engullo. Y después, llega el arrepentimiento y la culpa, que se sacian a través de la comida como recompensa o como gratificación. Y vuelta a empezar.

Ese es uno de los malos hábitos que comentaba la experta que se tratan de eliminar a través del Mindful Eating, pero hay más. Aquí entró en escena el famoso "modo dieta".

«¿Qué creeis que debo hacer para cuidarme?», preguntó Mireia. Y la respuesta, casi al unísono, fue la esperada: Más deporte y menos comida. Sin embargo, lo que sorprendió fue la contestación de la nutricionista, quien lejos de dar por válida esta respuesta, la desmintió. Las dietas -explicó- implican control y mucha fuerza de voluntad, son estrategias a corto plazo para la pérdida de peso, pero tienen un principio y un fin. No se puede vivir toda la vida a dieta, por tanto, cuando este proceso finaliza, ¿qué?

Pues vuelta a la sobreingesta, a los atracones, al hambre emocional... Y posteriormente, a la culpa y la vergüenza, que dan lugar a más hambre emocional. Una pescadilla que se muerde la cola. Por ello, surge la alimentación consciente, como una técnica para poner fin a esos procesos. Frente al "tengo que" de la dieta, surge el "yo decido" de la alimentación consciente.


Las dietas son estrategias a corto plazo para la pérdida de peso, pero tienen un principio y un fin. No se puede vivir toda la vida a dieta.

Hurtado siguió tirando de este hilo, para que quedase claro el por qué las dietas no funcionan. En este caso, aportó cifras que permitían esclarecer los conceptos que había estado explicando previamente. El 95% de las personas que hacen dieta acaban recuperando el peso en 2 o 5 años. Tres cuartas partes de estos, recuperan más de lo que ya pesaban antes de comenzar la dieta.

Esto se debe, tal y como comentó la experta, a que, cuando el punto de mira está puesto en el peso, se generan conductas de compensación, una práctica que no es una buena motivación interna ya que acaba por el abandono de la dieta con su posterior atracón.

Ante todo ello, la nutricionista y psicóloga recomendó eliminar la mentalidad "modo dieta" y aprender a escuchar al cuerpo y sus necesidades, diferenciando el hambre física de las demás.

A continuación expuso dos ingredientes, como si de una receta de cocina se tratase, para iniciarse en el mundo de la alimentación consciente. En primer lugar, habló de la compasión, marcando la diferencia que existe entre este concepto y la empatía. Bajo la pregunta "¿Qué le digo a una amiga cuando falla?", la experta trató de introducir el tema, reflexionando sobre lo empáticos que podemos ser con todos, menos con nosotros mismos. Y es que, si la misma pregunta se hace a uno mismo, la respuesta predominante es la crítica: «La compasión a uno mismo no es fácil, sin embargo, es muy importante».

El segundo fue la flexibilidad, donde retomó el "tengo que..." de la dieta, para explicar el concepto. El problema, argumentó, es que cualquier plan nutricional que se haga desde las reglas, no servirá de nada, pues, en el momento en que se falle, se producirá un giro de 180 grados que revertirá la situación. Del todo, a la nada. De controlar la ingesta de forma desmesurada a dejar de cuidarse. Lo que Hurtado llama "indefensión aprendida", cuando el camino falla, lo dejo. Por ello la clave está en la flexibilidad, para que no se produzcan estos fuertes contrastes, sino que se siga una línea de autocuidado bajo la amabilidad y la compasión, comprendiendo la relevancia de la escucha al cuerpo.


Atendiendo al estómago

Tras la teoría, llegó la práctica. Era el momento de conocer de primera mano los beneficios de esa técnica de la que se había estado hablando durante aquella media hora.

Hurtado pidió que las usuarias, puesto que no había hombres conectados a la conferencia, cogiesen una pasa. Pies al suelo, espalda recta, tres respiraciones y ojos cerrados. Había que desconectar de todo y conectar con una misma. Una vez seguidos estos pasos, pidió que cada una valorase el nivel de hambre que tenían en ese momento poniendo total atención a su estómago, siendo cero la falta de apetito y diez el hambre total.

Después, llegó el momento de observar el alimento, pero sin codificarlo. Ver su forma, su color, su tamaño. Explorarlo. A través del olfato, del tacto con las manos, del tacto con los labios... valorando si esto generaba una sensación desagradable, neutra o agradable.

Una vez llegado a ese punto, había que introducirlo en la boca, pero sin masticarlo. Observando las reacciones que se producían en la boca con el alimento dentro de ella. Ante la urgencia por masticarlo o por tragarlo, Mireia pedía respirar. Respirar para regular esa necesidad.

Y tras tener el alimento en la boca alrededor de un minuto, un primer mordisco. De ahí, pequeños mordiscos, paseándolo por la boca.

La diferencia era abismal. De una alimentación ansiosa sin prácticamente deleitarse en el sabor, a una alimentación calmada, pausada, que permitía percibir sabores imperceptibles de la otra manera. Y eso mismo respondieron las personas que lo realizaron. Mayor y mejor sabor, más saciedad, más tranquilidad... fueron algunas de los comentarios que aportaban las usuarias.


De una alimentación ansiosa sin prácticamente deleitarse en el sabor, a una alimentación calmada, pausada, que permitía percibir sabores imperceptibles de la otra manera.

La conferencia fue un éxito, pero, sin duda, lo que marcó un antes y un después fue el final. Un final digno de rememorar que dejó estómagos saciados con tan solo una simple pasa, pero mentes despiertas con ganas de aprender más.


 




¿Quieres saber más sobre el

Mindful Eating?

Haz click aquí para ver la entrevista con la experta Mireia Hurtado






 

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